miércoles, 6 de junio de 2012

La experiencia estética.





    En esta escena de la película American Beauty,una pareja de adolescentes "se entrega" a la contemplación de un hecho simple, una de esas cosas pequeñas a las que todos tenemos acceso en nuestra vida cotidiana. Una experiencia común, intrascendente y vanal en principio (una bolsa de plástico moviéndose al compás del aire que antecede a la tormenta, algo sin importancia, gracias a la mirada y a la intención estética se convierte en un hecho bello cargado de simbolismo.

Podemos encontrar en este momento de la película algunos de los rasgos típicos de la experiencia estética comentados en el tema. Percibimos, a través de la vista en este caso, un hecho de experiencia fijando la atención en su realidad inmediata, olvidándonos de usos prácticos y otros intereses. No nos preocupa ahora la contaminación de los plásticos ni el uso de las bolsas en el super ni, siquiera, que puede caer una buena tormenta que nos mojará. En la experiencia estética nos olvidamos de todo esto, "suspendemos la atención" de las cosas diarias y nos fijamos solo en las formas y movimientos de la bolsa. En este momento, el placer estético se nos muestra, hay una "refuncionalización placentera de la experiencia" como decía la definición de experiencia estética que vimos en el tema. La visión de las cosas desligada o separada de la realidad,hace que aparezca ante nosotros lo que podemos llamar "la danza de la realidad", una comprensión nueva de la vida, una simbolización.

Fíjate en la descripción que el narrador hace de la experiencia. En principio describe los hechos, lo que sucede - ese momento previo a la tormenta en el que el aire mueve las cosas de un modo caótico, cargado el aire de electricidad. El contemplador, fijada ya la atención en el objeto, nos habla de sus emociones, los sentimientos que la situación le provoca. Imaginativamente la bolsa se nos presenta como un niño que baila ante nuestros ojos, incitándonos a la danza y al juego. Aquí la experiencia y la inteligencia se dejan llevar por el poder de la imaginación. Pero no hay solo emociones. En la experiencia hay un momento más intelectual,una interpretación simbólica: el mundo parece que tiene sentido.
"Ese día comprendí que existe vida bajo de las cosas. Y una fuerza increíblemente benévola que me hacía comprender que no hay razón para tener miedo (...)A veces hay tantísima belleza en el mundo que siento que no lo aguanto y mi corazón se está derrumbando.

Aquí la experiencia estética parece que se combina con algo parecido a una experiencia mística o religiosa - habla de una fuerza benévola que sustenta al mundo. El contemplador ve que, en su mundo problemático y triste (ver la película), hay espacio para encontrar el bien, la justicia, el orden, el sentido de la vida.
No siempre el arte contemporáneo es tan "optimista" como hemos visto
Otro aspecto importante. El joven no se limita a contemplar el mundo. Además modifica la realidad, crea un objeto - el vídeo - y se hace artista. Con el vídeo pretende dos cosas:

a) Lograr transmitir sus emociones e ideas al mundo, a los otros ( en este caso a su amiga).
b) Crear un clima de nostalgia, recuerdo placentero y triste a la vez, de aquel momento de plenitud en el que todo tenía sentido y encajaban las piezas de nuestra vida. El objeto, el vídeo, "es una triste excusa, pero me ayuda a recordarlo".

¿Es necesario ser un poco artista para contemplar la belleza - o la fealdad o la novedad o la provocación - del mundo? ¿No somos ya artistas cuando miramos estéticamente el mundo? Cuando este verano hagamos fotos de nuestras actividades, ¿seremos ya artistas o tenemos que hacer algo más para serlo?

La belleza es difícil. Te animo a que en tu vida nunca te olvides de ella ni de la reflexión filosófica sobre ella. Si las cosas comentadas en clase te han servido para ver tu vida de otro modo, me alegro.


Aprovecho para despedirme de todos vosotros, mis alumnos del IES Cardenal Sandoval y Rojas,centro escolar en el que he pasado mis últimos diecisiete años. Cerramos la pequeña comunidad en la que, tres días a la semana, nos hemos visto y oído (O eso espero). Me gustaría que, si nos vemos en el futuro, al menos nos sonríamos. Gracias

Buen final de curso y buen verano cargado de belleza y pensamiento.